Nota(s) de lectura - La crónica

 

En esta nota de lectura me concentrare en tratar los aspectos más teóricos (y prácticos a su vez) referidos a la forma en que el autor le da vida al narrador en el relato, construye su narratorio y encara su crónica.

Comenzando por las crónicas de Gabriel García Márquez. Reunidas en el libro De viaje por Europa del Este, están atravesadas por la mirada del viajero cuyo testimonio permite dar cuenta no solo de lo observado y el observador, de cierta forma.

En el caso de la crónica sobre Berlín, en su papel de “testigo”, el escritor exhibe en sus crónicas un enunciador textual manifiesto bajo la forma de un “yo” narrador que a veces se identifica con el del cronista crítico de la realidad observada, y otras, con el de intelectual, militante socialista. Esta propuesta, me llevo a indagar sobre una cierta “doble inscripción del yo” enunciador en los textos, con el objeto de identificar posibles tensiones allí manifiestas, para si, mejorar su capital referido al intelecto.

Consecuente con esto, la mirada indagadora del cronista (el narrador) no se focaliza tanto en los acontecimientos o fuentes masivas oficiales, de esta forma utilizan las distintas voces para generar un ambiente mucho mas verosímil, y transmitirnos contextos como si fueran escenas de una obra de arte, en donde entendemos a que se va.

En el caso de la Crónica de Leila Guerreros, la cual nos cuenta la vida de un oriental, que trabaja en un supermercado chino en Buenos Aires, utiliza procedimientos bastante parecidos. Me encuentro con que la presencia del yo es más fuerte. El narrador, en primera persona ya no es mero, sino que es parte de la acción A lo largo del texto se van sucediendo diferentes encuentros entre Ale y Guerriero, mediante los que la periodista puede analizar cómo trabaja en su día a día, cómo se relaciona con su familia y cómo lo hace con las personas que lo ven como un extranjero. Así derriba varios mitos y deja claros conceptos, referidos a esta comunidad que reside en argentina.

En cuanto a la Crónica de Raab, la construcción del narrador se va encaminando mediante distintos momentos que, a su vez, refuerzan la verosimilitud. Tenemos muchísima información encriptada del narrador, y también de los demás personajes.

Las distintas voces son utilizadas para adentrarnos todavía mas en la historia. Los distintos testimonios sirven para adentrarnos en el contexto y comprender más la escena, procedimientos bastante parecidos son utilizados en las varias crónicas que Caparros nos presenta en “El interior” en donde el cronista cumple una función fuerte, al ser parte de la acción, de su objetivo referido conocimiento dual, pero en donde las distintas voces suman verosimilitud y aportan al escenario.

Los distintos espacios, en estas ultimas dos crónicas, son representados de una forma fenomenal. Pintar un cuadro con palabras, es la forma más fácil de describirlo. La descripción minuciosa, los detalles y la profundidad con que se abordan ciertas situaciones, nos sumergen completamente en el aura de la crónica. Como Guerriero dijo alguna vez: “la crónica es la reina del detalle y del contexto. Es por eso que no se puede permitir ver a través del ojo de la cerradura del oficio del personaje, pues eso no va a mostrar la forma en que llegó ahí o cómo entra en juego eso con el resto de cosas que hace en su vida”

 

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